domingo, 1 de febrero de 2015

En brazos de la mujer madura



Gallina vieja hace mejor caldo

Escrita originalmente en lengua inglesa y publicada por primera vez en 1965, En brazos de la mujer madura, novela del narrador y dramaturgo húngaro Stephen Vizinczey (Káloz, mayo 12 de 1933) es un divertimento erótico en el que inextricablemente confluyen las anécdotas autobiográficas, la ficción y la crónica histórica. En este sentido, se trata de una reflexiva novela cuyo desarrollo lúdico, ligero y crítico observa un sugestivo manejo del matiz kitsch que ostenta su sonoro título y subtítulo: Memorias galantes de András Vajda; a lo que se suma la irónica y juguetona dedicatoria: “Este libro está dedicado a los hombres jóvenes y dedicado a las mujeres maduras; y la relación entre unos y otros es mi propuesta”; lo cual se reitera en el consecutivo prefacio: “A los jóvenes sin enamorada” (quienes quizá lean con reprimido acné y una sola mano), firmado en “Ann Arbor, Michigan”, por el tal András Vajda, quezque “Profesor adjunto” del “Departamento de Filosofía” de la “Universidad de Michigan”. 
(Grijalbo, México, 1990)
En brazos de la mujer madura, Stephen Vizinczey amasa, acuña e insufla al tal András Vajda, su homúnculo, alter ego y protagonista, quien, como él, nació en Hungría, en 1933, el año en que Hitler ascendió al poder en Alemania. Asimismo, desde su adolescencia y juventud ambos son empedernidos lectores de literatura e incipientes escritores; y, de igual modo, se ven impelidos a abandonar su país cuando la rebelión de octubre de 1956 fracasó en su intento de poner fin a la dictadura criminal que manipula y orquesta la ocupación militar de la todopoderosa y totalitaria URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas).
Stephen Vizinczey
András Vajda, estereotipo de viejo y anquilosado profesor adjunto que se desempeña y rumia en el Departamento de Filosofía de la Universidad de Michigan, ubicada en la ciudad de Ann Arbor. Desde allí, en medio de la modorra de la vida provinciana, de la rutina de sus clases, del cepo del cubículo, y estigmatizado por su perpetua condición de profesor, evoca y noveliza sus primeros 29 años de existencia, lo cual tiene como objetivo pedagógico central dizque ilustrar a los ingenuos “jóvenes sin enamorada” sobre las virtudes lúbricas y amatorias que puede brindar una mujer macerada en su jugo pero ya mayor (de 35 a 40 como promedio), en relación a los prejuicios, a las represiones y a la estupidez generalizada que dizque conlleva la ignorancia y la inexperiencia sexual de las jovencitas.
Narrado con puntilloso sentido del humor y revelándose como un sátiro de marras, el catálogo de muchachitas y mujeres que describen los encuentros y desencuentros de András Vajda, además de una serie de consejos sobre tácticas para abordar y distinguir el tipo de mujer a la que se conquista, es una celebración de la libertad erótica y, al mismo tiempo, una manera sardónica de enjuiciar los parámetros morales, sociales y jurídicos que inciden en las relaciones eróticas que establecen los individuos en su calidad de herederos de los atavismos, ritos y tradiciones que sustenta la abigarrada cultura occidental. 
Por un lado, se da por entendido que la educación sexual que reciben los niños y los adolescentes los incapacita para relacionarse adecuada y felizmente entre sí; por el otro, el hecho de que buena parte de las mujeres que seduce el libertino de András Vajda sean casadas, implica y subraya lo asfixiante y árido que conlleva el día a día del políticamente correcto yugo matrimonial.
Stephen Vizinczey
En cuanto a los sucesos histórico-políticos que desmembraron a la familia de András Vajda y que lo convirtieron en trotamundos e inmigrante, y a través de los cuales Stephen Vizinczey vierte sus cualidades de cronista y crítico social, cabe destacar que en 1935, cuando tenía dos años, su padre “fue asesinado a puñaladas por un nazi adolescente elegido para ese acto porque no podía ser ejecutado, por no tener todavía dieciocho años”. En 1944, a los once años, y tras salir huyendo del colegio militar donde se encontraba internado, le toca sobrevivir en un campamento de soldados norteamericanos apostados en tierras austriacas, mientras se emplea de enlace y traductor para que éstos compren los servicios de mujeres húngaras caídas en la prostitución. Durante el desarrollo de sus estudios universitarios, le toca ser objeto de la atmósfera de terror que suscitan el acoso y las detenciones de artistas, intelectuales, maestros y estudiantes por parte de la Policía de Seguridad estalinista. 
Y cuando se convierte en refugiado en Roma, y luego en inmigrante en Canadá y en los Estados Unidos, sus observaciones del modus vivendi que fermentan y cultivan las sociedades capitalistas en torno a la adoración del dinero, al alcohol, a los objetos materiales y al inveterado consumismo, no dejan de ser menos cáusticas, según se transluce y ventila En brazos de la mujer madura.


Stephen Vizinczey, En brazos de la mujer madura. Traducción del inglés al español de Ana María de la Fuente. Colección El espejo de tinta, Grijalbo. México, 1990. 192 pp.

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5 comentarios:

  1. Muy buena reseña, de las que te conducen directamente a leer el libro. Gracias, Omar.

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  2. Muy buena reseña, de las que te conducen directamente a leer el libro. Gracias, Omar.

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